Este fin de semana me "fue mal" (como dice mi amiga) varias veces. En primer lugar porque recuperamos eso de observar la hora para ir a dormir (2am). Un tiempo atrás yo ya me había habituado pero últimamente, sobre todo por haberme quedado estudiando las semanas que pasaron, volví a mis antiguos horarios ultra nocturnos. Desde el fin de semana Patricio volvió a advertirme que el límite eran las 2am.. y el sábado (es más fuerte que yo, se me hicieron las 5am sin que me diera cuenta. El domingo me dio unos buenos chirlos (episodio del tubo de cartón) y sin embargo a la noche no me acordé de irme a dormir a un horario razonable. Al menos traté de acostarme sin despertarlo...
Lunes por la mañana. Mientras desayunamos Patricio no se puede sacar la costumbre de preguntarme a qué hora me fui a acostar y aunque tendría ganas de decirle a las dos.. no le puedo mentir. Le dije muchas veces "a las dos" y no me cree.. :p. Obviamente como horario límite no funciona mucho decir justo el límite. Me promete que cuando vuelva de trabajar vamos a hablar del tema.
Lunes por la tarde. Paso un día enroscada mal. Pura anticipación pensando qué va a hacer Patricio cuando vuelva. No estoy preparada del todo para una paliza demasiado fuerte, y mi primera intención es al menos postergarlo hasta después de la merienda. Llega Pato, la mayor alegría de vivir, me besa, me abraza, merendamos, pasa un rato con la computadora y sale porque tiene que dar un curso. Vuelve a las diez y media de la noche a cenar.
Lunes por la noche. Trato de cocinar con bastante onda. Limpio la cocina, ordeno el dormitorio. A las once menos veinte llega Patricio, sigue con su humor inmejorable me abraza, me besa apasionadamente, cada vez que me acaricia la cola pienso que me va a hacer un comentario pero no lo hace. Cenamos. Vuelve a la computadora.
Esto que sigue no va a parecer muy razonable. Pero estuve mirándolo todo el tiempo y pensando cómo podía ser que no le importara lo más mínimo lo que me dijo antes de irse a la mañana. Primer comentario inconveniente: por qué le prestás más atención a lo que sea que estás haciendo en la computadora que a mi. No me sigue el tren, me dice que si yo preferiría que a él no le interesara absolutamente nada. Ok. Como quieras. Eso para mi se llama inconsistencia. (No lo iba a decir, no iba ni a mencionar el tema.. después de todo a mi no me convenía. No era que quería una paliza ahí mismo. Pero necesitaba que cumpliera con lo que había prometido. Contradictorio).
Pasamos un par de horas juntos. Eran prácticamente las 2am. Patricio se va a dormir y pregunta: vos, ¿te quedás?. Obviamente me quedo. Le contesto que sí, que de todas formas a él no le importa. Se enoja por mi respuesta y opta por dejarme e irse al dormitorio. Yo me quedo observando el cordón de mi zapatilla. No sé qué hacer... yo me quiero ir a la cama. Pero no pienso ir.. Así pasa un rato y escucho pasos, Pato que vuelve, me toma de un brazo y me dice.. no me acuerdo exactamente, pero tiene razón supongo. Que yo pienso que siempre puedo hacer lo que quiero, etc. etc. Entonces yo empiezo a decirle cómo él había sido inconsistente.. auch. Eso fue el límite. Me dijo que no le iba a decir cómo ni cuándo hacer las cosas, que no estaba pensando dejar pasar el asunto, solamente no había pensado resolverlo esa noche. Ahora, si tenía que hacerlo lo iba a hacer. Me llevó al dormitorio y, está de más decirlo, me puso sobre las rodillas un rato laaargo. Cuando terminó agregó que además me iba a ir a dormir con él (además de la cola ardiendo, diría). Nada podía ser mejor que estar abrazada a este hombre. Era definitivamente lo que quería (lo que quiero siempre): estar abrazados. Y unos buenos chirlos, lo que necesito cada tanto.
Ahora mejor me voy porque ya estoy en el límite horario (antes de olvidarme de nuevo). Puede parecer sospechosa la hora exacta, ya sé. Casualidad como tantas otras. :p
Lunes por la mañana. Mientras desayunamos Patricio no se puede sacar la costumbre de preguntarme a qué hora me fui a acostar y aunque tendría ganas de decirle a las dos.. no le puedo mentir. Le dije muchas veces "a las dos" y no me cree.. :p. Obviamente como horario límite no funciona mucho decir justo el límite. Me promete que cuando vuelva de trabajar vamos a hablar del tema.
Lunes por la tarde. Paso un día enroscada mal. Pura anticipación pensando qué va a hacer Patricio cuando vuelva. No estoy preparada del todo para una paliza demasiado fuerte, y mi primera intención es al menos postergarlo hasta después de la merienda. Llega Pato, la mayor alegría de vivir, me besa, me abraza, merendamos, pasa un rato con la computadora y sale porque tiene que dar un curso. Vuelve a las diez y media de la noche a cenar.
Lunes por la noche. Trato de cocinar con bastante onda. Limpio la cocina, ordeno el dormitorio. A las once menos veinte llega Patricio, sigue con su humor inmejorable me abraza, me besa apasionadamente, cada vez que me acaricia la cola pienso que me va a hacer un comentario pero no lo hace. Cenamos. Vuelve a la computadora.
Esto que sigue no va a parecer muy razonable. Pero estuve mirándolo todo el tiempo y pensando cómo podía ser que no le importara lo más mínimo lo que me dijo antes de irse a la mañana. Primer comentario inconveniente: por qué le prestás más atención a lo que sea que estás haciendo en la computadora que a mi. No me sigue el tren, me dice que si yo preferiría que a él no le interesara absolutamente nada. Ok. Como quieras. Eso para mi se llama inconsistencia. (No lo iba a decir, no iba ni a mencionar el tema.. después de todo a mi no me convenía. No era que quería una paliza ahí mismo. Pero necesitaba que cumpliera con lo que había prometido. Contradictorio).
Pasamos un par de horas juntos. Eran prácticamente las 2am. Patricio se va a dormir y pregunta: vos, ¿te quedás?. Obviamente me quedo. Le contesto que sí, que de todas formas a él no le importa. Se enoja por mi respuesta y opta por dejarme e irse al dormitorio. Yo me quedo observando el cordón de mi zapatilla. No sé qué hacer... yo me quiero ir a la cama. Pero no pienso ir.. Así pasa un rato y escucho pasos, Pato que vuelve, me toma de un brazo y me dice.. no me acuerdo exactamente, pero tiene razón supongo. Que yo pienso que siempre puedo hacer lo que quiero, etc. etc. Entonces yo empiezo a decirle cómo él había sido inconsistente.. auch. Eso fue el límite. Me dijo que no le iba a decir cómo ni cuándo hacer las cosas, que no estaba pensando dejar pasar el asunto, solamente no había pensado resolverlo esa noche. Ahora, si tenía que hacerlo lo iba a hacer. Me llevó al dormitorio y, está de más decirlo, me puso sobre las rodillas un rato laaargo. Cuando terminó agregó que además me iba a ir a dormir con él (además de la cola ardiendo, diría). Nada podía ser mejor que estar abrazada a este hombre. Era definitivamente lo que quería (lo que quiero siempre): estar abrazados. Y unos buenos chirlos, lo que necesito cada tanto.
Ahora mejor me voy porque ya estoy en el límite horario (antes de olvidarme de nuevo). Puede parecer sospechosa la hora exacta, ya sé. Casualidad como tantas otras. :p
Comentarios
(Gracias. Un beso)
María
Conozco la sensación y me gusta verla en otras personas igualita a la mía.
Saludos a los dos
Tane
Un beso..
María
Me gusta el afecto que hay en este post.
Puede sonar aburrido o reiterativo el motivo pero no es una historia o una fantasía, es una regla real con la que jugamos y qué le vamos a hacer, se repite...
Entiendo además que el spanker debe estar atento a las necesidades de la spankee y para mi el juego es muy simple: te portás mal y recibís un castigo por eso. Probablemente lo más difícil sea leer estas señales y lleva tiempo. Sé que a mi chico no le disgusta que lo provoque (a propósito, sin querer o incluso rebelándome después de crear toda la situación). Como sea lo maneja maravillosamente, por eso no es extraño que yo lo ame de la manera que lo hago.
Gracias por tu comentario.