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Romper las reglas

A veces me pregunto si, como sucede mucho en la vida en general, en las relaciones de spanking no creamos las reglas con el simple objetivo de romperlas. El procedimiento es simple: el spanker toma algo que le resulta molesto y lo prohibe. La sola prohibición hará que en el 90% de los casos ese hecho se produzca (al menos una vez).
En general se trata de cosas banales, se supone, puesto que cosas que necesitan discutirse en profundidad para llegar a un acuerdo no pueden ser tomadas unilateralmente por ninguna de las partes de la pareja. En mi caso la relación de disciplina doméstica plantea que teniendo razón el esposo puede castigar a la esposa. No que el esposo tiene razón porque sí, porque naturalmente el hombre fue puesto ahí para eso. Puede darse el caso contrario, es decir que la esposa castigue al esposo (yo conozco a algunos) y el plan funciona exactamente igual.
No es una relación de desigualdad natural ni se basa en la diferencia de los sexos. Es una relación de desigualdad artificial. Y enfatiza algunas diferencias de los sexos, que son las más interesantes. (Sí, uso la palabra sexo deliberadamente)
El que cumple el rol de top asume la responsabilidad del rol, en una especie de pacto previo (no necesariamente escrito como el de la señora Spencer pero de alguna manera expresado). El esposo gana obligaciones (responsabilidades que básicamente se resumen en cuidar al otro) pero también gana derechos. En situaciones de diferencias menores (o repetición de situaciones ya habladas anteriormente) tendrá la última palabra.
Ahora supongamos que uno no vive en una relación de disciplina doméstica. Sin embargo le interesa el spanking: nada más que unas nalgadas tradicionalmente aplicadas sobre las rodillas de un señor.
Pensemos, ya que estamos, que eso sucede por alguna razón y la misma es: que rompimos determinadas reglas. A veces esto tiene que ver sencillamente con guardar el decoro, otras veces tiene que ver con un comortamiento fuera de lugar. Hay formas de la locura que tienen que ver con romper determinadas reglas de lo socialmente correcto, pero lo contrario tampoco es muy saludable.
Reglas: de madera o aluminio, que también pueden ser usadas en el spanking.. las de madera si son muy largas (el famosos metro) se quiebran fácilmente ;). Las de aluminio no pueden quebrarse, es verdad, pero no conviene abusar de ellas porque sus reglazos son difíciles de tolerar.
Reglas como leyes... No es necesario tener una lista (menos colgada en la puerta de la cocina a la vista de todo el mundo). Las listas no son recomendables porque hacer una lista de posibles llevaría demasiado papel. Como consecuencia (para acotar) se escriben reglas tan generales que cualquier paso al costado estaría violándolas.
Sí se recomienda el sentido común (y la receta incluye por lo tanto un marido con sentido común). En nuestro caso sale de maravilla porque yo carezco bastante del mismo.
Como decía las reglas fueron hechas para romperse. Es como jugar un juego.. y todos los juegos las tienen.
Patricio ha puesto como regla que no puedo usar la frase "no lo puedo evitar" como explicación de ninguna conducta inapropiada pues argumenta que ya la gasté de tanto decirla.
El sólo hecho de que me imponga esa prohibición me hace responder usando esa frase.. Es un tema que parece una tontería pero no lo es. Pónganse en mi lugar, sobre las rodillas de él, que dice "te voy a sacar esa frase" y acto seguido como si alguien estuviera hablando por ustedes (tirando los hilos como dice Bela) las palabras salen sin que realmente se pueda evitar.
Para terminar este delirio lo que quiero plantear es: no importa el contenido de la regla, lo que importa es que si uno la rompe, y con más razón si uno lo hace a propósito, debe haber un castigo.
Si uno tuviera sentido común y quisiera jugar un juego mucho más complicado viviría de acuerdo a una red de acciones que vaya excluyendo todo lo prohibido hasta llegar a un comportamiento tan correcto pero al mismo tiempo tan automático que resultaría realmente perturbador. En cambio somos humanos y nos gusta probar a cada minuto si el chocolate sigue teniendo el mismo sabor que tenía la semana pasada. Además nos gusta el sabor del chocolate, pero ese es otro tema.

Comentarios

maria dijo…
No sé si lo hacemos con el objetivo de que nos den una paliza.. algunas veces no. Creo que las/los spankees somos más afectos a las reglas que nadie, nada más que no podemos cumplirlas al pie de la letra y eso nos mete en problemas al mismo tiempo que nos genera ciertos sentimientos que es mejor eliminar.
Por eso si las consecuencias son un castigo claro y concreto (una buena zurra) entonces el tema se termina y se puede pasar a otra cosa. Sin resentimientos de parte de ninguno de los dos. Y para mi es tal cual como vos decís, el alivio que sentís después no se compara con nada. Nos estamos viendo..

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