Pasar un tiempo en el rincón nunca formó parte de mis fantasías (ni decir de mi realidad). Y cuando empecé a armar (las fantasías) con toda la información que fui juntando a medida que me iba sumergiendo en la internet lo que hacía simplemente era evitar cualquier cosa que tuviera que ver con el tema.
Por un lado no me excitaba la idea, por el otro soy sumamente impaciente y no me gusta dilatar ninguna situación. Ni esperar un castigo. Siempre supe que todo eso forma parte de lo mismo pero conscientemente lo ignoraba y a otra cosa.
Es entendible supongo, a mucha gente no le gusta. Sin embargo creo que lo que a uno no le gusta es precisamente la función que tiene, que es en cierta forma "exponer" a la persona castigada, es decir ponerla en exposición. Se sabe que prácticamente en todos los casos ya terminó el castigo y prolongarlo de esta manera es algo humillante. No obstante, tiene otro objetivo que es el de la reflexión. Muchas sensaciones se mezclan en ese punto y yo, navegando de aquí para allá me cuidé bien de evitarlas hasta mi primer encuentro real, que fue con Patricio.
Yo sospechaba que él podía mencionar el rincón y estaba dispuesta en tal caso a hacerme la boluda (en perfecto criollo). Tuvimos nuestra primera sesión de spanking que se dio muy naturalmente aunque a mi me dio muchísima vergüenza y estando sobre las rodillas de él puse mi cara contra unos almohadones porque sospecho estaba más colorada que la cola (aunque pronto cambiaron las dos). Habíamos pactado una especie de cantidad porque era la primera vez pero yo ya había hecho algunos méritos sin vernos puesto que los motivos para nosotros son fundamentales. Cuando terminó (previo romper una paleta de madera contra mi cola.. yo no podía creer lo que estaba pasando) me mandó al rincón. Ok, ya esto me lo veía venir y la verdad es que no accedí en seguida. Resistí un poco y cada vez que él decidía que había terminado volvía a escuchar la misma frase y me volvía a negar. ¿Cuántas veces puede haber pasado esto? No lo recuerdo la verdad, pero es algo muy normal y sigue y seguirá sucediendo. Llega un punto claro que la resistencia termina y allí con el orgullo herido tuve que pararme en el odiado rincón.
Entonces sucedió algo que yo no esperaba, una licencia. Patricio se acercó, me habló al oído y deslizó su mano entre mis piernas para observar, obviamente, que la paliza había tenido más que varios efectos. Eso es algo interesante de notar la primera vez porque uno sospecha que las cosas van a salir así pero mejor siempre es comprobarlo. Cuestión que menos de un minuto después (no exagero) de deslizar su mano y yo tuve uno de los orgasmos más intensos que recuerdo en mi vida tanto que se me aflojaron las piernas y si él no me sostenía con la otra mano me caía al suelo. Después de eso mucha reflexión no hubo que digamos pero a mi me empezó a cambiar el preconcepto que tenía acerca del rincón.
La verdad es que sigue sin gustarme. No todos los rincones son como el primero. Afortunadamente no es algo de todos los días y ni siquiera algo de todos los spankings. Cuando va a suceder es una pena que tenga que rebelarme cuando ya parecía que había terminado el pleito. Igual tengo que reconocer algo: varias veces fui directo al rincón sin chistar.
Según lo que estuve leyendo, más acá de los usos particulares, el objetivo del rincón es que la persona reflexione acerca de por qué ha sido castigada. Hay gente que pondría unos tiempos insufribles tipo media hora, cosa que no parece realista en caso de adultos pero ¿acaso no jugamos ya con las cosas más inexplicables? Yo más de dos minutos no aguanto ni Patricio me dejaría allí más de un rato, como decía ya es muy raro que pase. En general el rincón es un break para otra cosa, una situación para esperar.. esperar qué? Bueno eso diferirá en cada caso.
Entonces, leí que hay personas que lloran antes, otras lloran durante y algunas lloran después de la paliza, en el rincón. (El lugar del llanto es un tema importante también, pero da para ampliarlo).
Los (tendría que decir las?) que lloran después, es decir mientras están en el rincón se debe a que recién allí comprendieron por qué habían sido castigadas. ¡¿No es maravilloso?! (Todo esto me viene de leer el blog LovingDD, que ya les recomendé de los links, por supuesto yo tengo muchas reservas sobre algunoas generalidades como esta pero me parece buenísimo el enfoque teórico). Incluso nuestro amigo recomienda que si la mujer empieza a llorar estando en el rincón lo que hay que hacer es: volverla a las rodillas y seguir con la paliza para que pueda llorar con ganas, así puede producirse la descarga. Esa es una idea interesantísima pero realmente escalofriante. Cuando uno creía que había terminado... mejor ni se le ocurra llorar ;). (En realidad se sabe que llorar tiene muy buenos efectos, nada más encuentro la situación de lo más graciosa).
Para terminar, el rincón no es recomendable para todo el mundo. (El spanking tampoco ;)) Pero puestos a observar la situación (observar la pared digamos) muchas cosas pueden pasarnos por la cabeza. Hasta me parece que ya todo esto forma parte de mis fantasías, como tantas otras cosas que al vivirlas (nos guste mencionarlas o no) nos llevan a ese terreno donde comienza todo, que es la infancia. Después de todo se trata de eso, de hacer un recorrido personal para encontrar qué nos interesa de todos los posibles. Luego voy a hablar acerca de llorar de lo cual diré mínimamente: ¿puede una mujer adulta llorar porque le pegan cuatro chirlos en la cola? ¿acaso llora por otra cosa? ¿acaso son más de cuatro chirlos? (jeje) Ya divagaremos sobre eso.
Por un lado no me excitaba la idea, por el otro soy sumamente impaciente y no me gusta dilatar ninguna situación. Ni esperar un castigo. Siempre supe que todo eso forma parte de lo mismo pero conscientemente lo ignoraba y a otra cosa.
Es entendible supongo, a mucha gente no le gusta. Sin embargo creo que lo que a uno no le gusta es precisamente la función que tiene, que es en cierta forma "exponer" a la persona castigada, es decir ponerla en exposición. Se sabe que prácticamente en todos los casos ya terminó el castigo y prolongarlo de esta manera es algo humillante. No obstante, tiene otro objetivo que es el de la reflexión. Muchas sensaciones se mezclan en ese punto y yo, navegando de aquí para allá me cuidé bien de evitarlas hasta mi primer encuentro real, que fue con Patricio.
Yo sospechaba que él podía mencionar el rincón y estaba dispuesta en tal caso a hacerme la boluda (en perfecto criollo). Tuvimos nuestra primera sesión de spanking que se dio muy naturalmente aunque a mi me dio muchísima vergüenza y estando sobre las rodillas de él puse mi cara contra unos almohadones porque sospecho estaba más colorada que la cola (aunque pronto cambiaron las dos). Habíamos pactado una especie de cantidad porque era la primera vez pero yo ya había hecho algunos méritos sin vernos puesto que los motivos para nosotros son fundamentales. Cuando terminó (previo romper una paleta de madera contra mi cola.. yo no podía creer lo que estaba pasando) me mandó al rincón. Ok, ya esto me lo veía venir y la verdad es que no accedí en seguida. Resistí un poco y cada vez que él decidía que había terminado volvía a escuchar la misma frase y me volvía a negar. ¿Cuántas veces puede haber pasado esto? No lo recuerdo la verdad, pero es algo muy normal y sigue y seguirá sucediendo. Llega un punto claro que la resistencia termina y allí con el orgullo herido tuve que pararme en el odiado rincón.
Entonces sucedió algo que yo no esperaba, una licencia. Patricio se acercó, me habló al oído y deslizó su mano entre mis piernas para observar, obviamente, que la paliza había tenido más que varios efectos. Eso es algo interesante de notar la primera vez porque uno sospecha que las cosas van a salir así pero mejor siempre es comprobarlo. Cuestión que menos de un minuto después (no exagero) de deslizar su mano y yo tuve uno de los orgasmos más intensos que recuerdo en mi vida tanto que se me aflojaron las piernas y si él no me sostenía con la otra mano me caía al suelo. Después de eso mucha reflexión no hubo que digamos pero a mi me empezó a cambiar el preconcepto que tenía acerca del rincón.
La verdad es que sigue sin gustarme. No todos los rincones son como el primero. Afortunadamente no es algo de todos los días y ni siquiera algo de todos los spankings. Cuando va a suceder es una pena que tenga que rebelarme cuando ya parecía que había terminado el pleito. Igual tengo que reconocer algo: varias veces fui directo al rincón sin chistar.
Según lo que estuve leyendo, más acá de los usos particulares, el objetivo del rincón es que la persona reflexione acerca de por qué ha sido castigada. Hay gente que pondría unos tiempos insufribles tipo media hora, cosa que no parece realista en caso de adultos pero ¿acaso no jugamos ya con las cosas más inexplicables? Yo más de dos minutos no aguanto ni Patricio me dejaría allí más de un rato, como decía ya es muy raro que pase. En general el rincón es un break para otra cosa, una situación para esperar.. esperar qué? Bueno eso diferirá en cada caso.
Entonces, leí que hay personas que lloran antes, otras lloran durante y algunas lloran después de la paliza, en el rincón. (El lugar del llanto es un tema importante también, pero da para ampliarlo).
Los (tendría que decir las?) que lloran después, es decir mientras están en el rincón se debe a que recién allí comprendieron por qué habían sido castigadas. ¡¿No es maravilloso?! (Todo esto me viene de leer el blog LovingDD, que ya les recomendé de los links, por supuesto yo tengo muchas reservas sobre algunoas generalidades como esta pero me parece buenísimo el enfoque teórico). Incluso nuestro amigo recomienda que si la mujer empieza a llorar estando en el rincón lo que hay que hacer es: volverla a las rodillas y seguir con la paliza para que pueda llorar con ganas, así puede producirse la descarga. Esa es una idea interesantísima pero realmente escalofriante. Cuando uno creía que había terminado... mejor ni se le ocurra llorar ;). (En realidad se sabe que llorar tiene muy buenos efectos, nada más encuentro la situación de lo más graciosa).
Para terminar, el rincón no es recomendable para todo el mundo. (El spanking tampoco ;)) Pero puestos a observar la situación (observar la pared digamos) muchas cosas pueden pasarnos por la cabeza. Hasta me parece que ya todo esto forma parte de mis fantasías, como tantas otras cosas que al vivirlas (nos guste mencionarlas o no) nos llevan a ese terreno donde comienza todo, que es la infancia. Después de todo se trata de eso, de hacer un recorrido personal para encontrar qué nos interesa de todos los posibles. Luego voy a hablar acerca de llorar de lo cual diré mínimamente: ¿puede una mujer adulta llorar porque le pegan cuatro chirlos en la cola? ¿acaso llora por otra cosa? ¿acaso son más de cuatro chirlos? (jeje) Ya divagaremos sobre eso.
Comentarios
yo mas bien lloraria por el hecho de ser castigada de no aver sabido parar cuando tuve la oportunidad y tener que ser regañada como una nena.
Aunque me encanata provocar nose si llegaria hasta el punto del castigo mas bien me portaria bien con el 1º aviso aunque por otro lado me entrarian ganas de decir: "¿Y se no que me vas a hacer?"