Me ha llevado un tiempo ponerme a escribir nuevamente este blog. Aún no encuentro la vuelta para que lleguen lectores (y mucho menos alguien que opine qué le parece) pero leer el post anterior de mi muchacho, además de dejarme sin palabras, me ha devuelto las ganas de seguir. Más adelante esperamos dedicarnos más específicamente a algún relato, pero como recién comenzamos no podemos evitar hacernos estas declaraciones de amor de tono más filosófico. Es que yo.. lo amo tanto!!! él no lo imagina. Y unos días atrás tuvimos un episodio bastante intenso en nuestra historia de disciplina doméstica. Ya hace tres años que estamos juntos (en realidad estoy utilizando un tecnicismo para decir tres años) pero cada día puede ser una experiencia nueva que demuestra que es perfectamente posible plantear una relación de DD, tanto en Argentina como en cualquier lugar del mundo. Sólo se necesita dos personas compatibles y que las fantasías se encuentren. Ahora sí, algunos detalles de un par de días atrás, cuando quise precisamente tentar esos límites que para mi.. son cada día más reales. ;)No importa mucho el motivo.. Patricio últimamente ha desarrollado una habilidad sorprendente para sacar motivos de la galera y no sé cómo, logra además que yo empeore la situación. Así estábamos en el dormitorio, la ropa de la cama revuelta y no sólo estaba a punto de castigarme por quién sabe qué, sino que previamente pretendía que acomodara la cama. Yo esos días estaba un poco rebelde, quizá, pero nada tan inusual. Obviamente le dije que ni pensaba hacerlo. Después de todo eso no iba a evitar lo inevitable.
En realidad, no tenía ganas de hacer lo que me dijera.. pensé, literalmente, dije: "acomodala vos". Así me puso sobre las rodillas y comenzó una paliza que sería memorable. Se detuvo unos minutos después.. me permitió ponerme de pie y preguntó: "¿Vas a acomodar las sábanas?".
"Noooooooo..." Y le dije algunas cosas más para provocarlo, pensé que no le daría importancia... bah, no sé qué pensé, tal vez necesitaba probarlo.
Hasta aquí esta escena se viene repitiendo hace rato. Consigue una paleta de madera y ya no puedo evitar taparme, mover las piernas, gritar. Y de nuevo lo mismo, se detiene, me pone de pie, me froto la cola con las dos manos, señala la cama y de vuelta sobre las rodillas. No recuerdo cuántas veces, pero más adelante evitará parar diciéndome algo así como "avisame cuando estés lista para portarte bien". Un par de veces pude gritar "bastaaaaaaa!!", y eso a lo sumo hacía que se detuviera unos segundos (y después de mi respuesta negativa a su insistente pregunta) continuara con los paletazos. No sé cuánto tiempo duró.. ni cuántos fueron. No hubiera podido contarlos, había perdido el control y por un momento la rebeldía me ganó y no pude someterme. Fueron muchos intentos, los golpes cada vez más fuertes hasta que me dolió como nunca antes y algo me hizo click adentro (no sé si fue miedo o qué) y le pedí que parara. Que iba a armar la cama si quería.. esto de rodillas con las dos manos tomándome las nalgas ardiendo y la cabeza sobre su regazo. Estaba temblando, él entendió que era el punto donde se expresa lo que siempre he aceptado tácitamente: que tiene razón. Incluso en cada motivo y no porque hiciera uso de su autoridad, que se sabe es real, porque en una relación de dd se sabe que en el caso de una diferencia él tendrá la última palabra. Además de todo yo me había dejado llevar (como otras tantas veces) por mi lado irracional y desafiante. Me abrazó fuerte.
En fin, fue como tantas otras veces salvo que hoy (tres días después) todavía tengo algunas marcas moradas en la cola. Ni siquiera quiero recordar cómo estaba al día siguiente, que tuve además dificultades serias para sentarme. Varias veces tuve ganas de llorar: un rato después, un día después, dos días después, cada vez que me sentaba… acaso fue demasiado para mi? Algo tengo claro, no esperaba menos de él.
Después de todo lo había estado provocando con toda la artillería y hasta había insinuado cosas tipo "te parece que vos te vas a poner al día.. bla bla". Y quería ver además qué haría llegado el caso que yo abiertamente no aceptara las cosas como son, ni sobre las rodillas. Ahora tengo una pista. Estos días que pasaron hasta él tuvo que reconocer que me estuve portando de maravilla, no era para menos. Yo le decía ayer que sería conveniente no usar más esa paleta.. realmente no sé si la usa porque le gusta a él mismo o porque sabe que me disgusta a mi. Por supuesto eso implicaría no usar más el cepillo tampoco.. todo el mundo sabe que el cepillo de madera hace un trabajo aún más desagradable. Se rió y me dijo que si tenía alguna queja podía presentar una nota en mesa de entradas... Raro sentido del humor para un hombre tan práctico. ;)
Comentarios
Ese día se nos fue la mano.. pero evidentemente lo necesitaba. Gracias por tu comentario Laura.
Y luego ese toque como de superioridad absoluta del spanker respecto al spankee...
No se, tal vez es que yo sólo lo veo como un juego, no como parte de una forma de vida.
PD: Escribes muy bien me gusta la manera en que te espresas.