Esta noche estaba pensando cómo podía molestarlo a Patricio, aunque no lo hacía realmente (salvo reclamándole un poco que dejara de mirar la computadora y me prestara un poco de atención) cuando de pronto se puso de pie y sin que mediara ninguna advertencia me asestó un chirlo (en algunos países léase nalgada) que me casi me levanta del piso y agregó: "No lavaste los platos anoche!". Bien, yo entendí el mensaje, me parece: "buscás un motivo, siempre tengo un motivo, no me lo recuerdes, bla bla." Ok.
La cuestión es, volvamos atrás, me tomó de sorpresa (uno no siempre capta el mensaje) y dije: "No, boludo!! me pegaste muy arriba."
Sin darme cuenta y sin tiempo para pensar o prepararme emocionalmente la escena estaba creada. "¿Cómo me dijiste?" Créanme, me hubiera gustado repetirlo pero antes que pudiera decir "ah" sentí que me llevaba al dormitorio y me ponía sobre las rodillas sin que mi resistencia funcionara para nada. Una vez allí me dio unos cuantos paletazos (¿qué hacía la paleta ahí?... no sé, pero es algo que uno tendría que prever) y cuando comencé a pensar que ya había pasado y todo había salido bastante bien escucho nuevamente la pregunta: "¿Cómo me llamaste!?" La tentación era muy grande. Me bajó los pantalones y ahí sí, deben creerme, no pensaba sino pedirle disculpas. En frío y sin nada que proteja la cola no es fácil sostener algunas palabras. (Aunque todavía me odio por ser tan cobarde y no habérselo dicho otra vez!).
Dice Patricio que sólo 20 paletazos a veces dejan las cosas claras. Por un rato, agrego yo, puede que tenga razón.
La cuestión es, volvamos atrás, me tomó de sorpresa (uno no siempre capta el mensaje) y dije: "No, boludo!! me pegaste muy arriba."
Sin darme cuenta y sin tiempo para pensar o prepararme emocionalmente la escena estaba creada. "¿Cómo me dijiste?" Créanme, me hubiera gustado repetirlo pero antes que pudiera decir "ah" sentí que me llevaba al dormitorio y me ponía sobre las rodillas sin que mi resistencia funcionara para nada. Una vez allí me dio unos cuantos paletazos (¿qué hacía la paleta ahí?... no sé, pero es algo que uno tendría que prever) y cuando comencé a pensar que ya había pasado y todo había salido bastante bien escucho nuevamente la pregunta: "¿Cómo me llamaste!?" La tentación era muy grande. Me bajó los pantalones y ahí sí, deben creerme, no pensaba sino pedirle disculpas. En frío y sin nada que proteja la cola no es fácil sostener algunas palabras. (Aunque todavía me odio por ser tan cobarde y no habérselo dicho otra vez!).
Dice Patricio que sólo 20 paletazos a veces dejan las cosas claras. Por un rato, agrego yo, puede que tenga razón.
Comentarios
Quisiera hacerte 2 preguntas.
1) La palabra chas chas no se usa en el mundo del spanking en los paises latinos? ( Suena mas erotico)
2) Alguna vez reciviste chirlos de alguien que no sea Patricio?
mi msn es slibas@hotmail.com me si podes respondeme las preguntas directamente al msn, besos
Me entra la curiosidad por la pregunta del comentario anterior tubiste alguna relacion de spanking con otro hombre que no fuera Patricio?