Las mil y una noches

Mi mejor amiga está leyendo las mil y una noches. Como ella sabe de mi "interés" en el tema me señaló esta historia que está al principio, que tiene todos los elementos que esperamos encontrar en una historia de spanking y dd desde Dorothy Spencer en adelante. Mi amiga no es spanko pero definitivamente tampoco podríamos decir que es vainilla. Y nuestro diálogo es finalmente tan fluido que tuve el placer que me contara esta historia (y el análisis de la historia) antes de ir y leerla yo misma. Voy a tratar de relatarla en pocas palabras.

Había una vez un comerciante dueño de grandes riquezas, casado y con hijos, al que Alá le había dado la habilidad de entender el lenguaje de los animales. Sin embargo no podía revelar lo que los animales decían porque eso le provocaría la muerte. Una vez sucedió un episodio gracioso entre los animales de su corral que le dio mucha risa. La mujer que estaba allí le preguntó insistentemente de qué se reía a lo que el hombre respondió que se reía de algo que había oído pero no podía descubrirlo a riesgo de morir. La mujer le dijo que, aunque le costara la vida, le contara de todas maneras. Y así discutieron un rato y hasta la gente llegaba y le sugería a la mujer que olvidara el asunto para que el marido no perezciera. Pero la mujer siguió hostigándolo y presionándolo de todas las maneras imaginables hasta que el hombre cansado del tema, y sabiendo cuánto la amaba y deseaba complacerla decidió al final acceder a su capricho. Llamó a sus hijos, a su familia, hizo el testamento y se preparó para morir. La mujer era la única que no se preocupaba de su muerte, seguía insistiendo en que no lo iba a dejar en paz hasta que le revelara el asunto.
El comerciante se retiró un rato a la huerta para orar antes de encontrarse con su mujer y darle lo que quería. Pero en el gallinero había un gallo (que satisfacía cincuenta gallinas) conversando con un perro. El perro estaba triste porque su amo iba a morir y le comentó al gallo toda la historia a lo que éste repuso: "poco talento tiene nuestro amo. Cincuenta esposas tengo yo y a todas sé manejarlas perfectamente, regañando a una y contentando a otras..." El medio, agrega el gallo, es sencillo: cortar una vara, ir a la habitación de su esposa y darle hasta que se arrepintiese y terminara con el asunto.
Cuando el comerciante escuchó esto "se iluminó su razón" y decidió darle una buena paliza a su mujer. La llamó aparte y le dijo que le iba a revelar el secreto pero en cambio le sacudió unos cuantos varazos hasta que ella terminó diciendo: ¡me arrepiento! ¡me arrepiento!.. y estaba realmente arrepentida. Cuando salieron toda la concurrencia se regocijó enormemente.

Hay muchas, muchísimas referencias al tema en la literatura.. Encontré esta, por ejemplo, en "Rayuela", de Cortazar..

"Si Talita se burlaba de él al despertar, empezaba por darle de chirlos en la cola, y después se reían como locos y hasta parecía como si la autotraición de Traveler les hiciera bien a los dos."

Y esta última en la novela de Gustavo Ferreyra "El director":

"Y cuando se aleja le mira la cola, que es la bonita y portentosa cola de mi esposa. Es una cola pícara y me voy tras ella. Quiero adorar esa cola y disciplinarla, retarla. Quiero que sea lo que es pero a la vez reprocharle."

En fin... Espero que también les parezca interesante. Acá les dejo el relato de las 1001 noches.