De vuelta

Estoy de vuelta y me propongo de ahora en más (que vamos a ganar cierta estabilidad, sobre todo cuando terminemos de mudarnos) darle un curso más activo a mi vida y eso incluye al blog. Además esta semana que pasó fue bastante particular. En cierta forma todos mis planes salieron bien y pude hacer todo lo que esperaba. Por otro lado viajar sola, y sobre todo por tantos días, me resulta cada vez más complicado.
Aparentemente cada vez que vuelvo (a visitar a mis amigos y parte de mi familia) lo que intento, y no logro, es viajar en el tiempo, al pasado. Y siempre me encuentro con que todo es bastante diferente y sobre todo las personas de mi edad, con la que solía compartir cierta vida descontrolada, tienen ahora cierta cantidad de responsabilidades. No es que me esté quejando, es una observación de un hecho que necesariamente iba a suceder. Claro que yo me voy casi de vacaciones y para ellos es una semana normal. Otra cosa es que en mi vida normal (incluso cuando estoy en casa) tengo horarios y responsabilidades bastante laxas. Todo esto me hace sentir cierta culpa y me ha hecho preguntarme cosas tales como: "¿Será que no quiero tener hijos porque en realidad soy demasiado inmadura e irresponsable?" Hablé más tarde este tema con Patricio... (con el que tuve extenso contacto telefónico) y él sostiene que no tiene que ser tan así y que no me debo preocupar por el tema... y como siempre le hago caso en todo (jajaja)...
Volví a Buenos Aires el sábado por la tarde. Patricio tenía ciertas obligaciones (yo ya sabía) y no estaba en casa. Con las ganas tremendas de ambos de mudarnos a nuestra nueva casa nunca imaginé que iba a sentir tanta alegría de volver al departamento. Acomodé como pude mi "equipaje" (días después aún no lo deshice del todo), me cambié de ropa, conecté mi laptop para ponerme al día pero el cansancio que tenía era tal que terminé durmiendome cerca de una hora hasta que escuché que Patricio abría la puerta y salté de la cama. Nos abrazamos un rato largo... Una semana sin verlo me deja siempre una impresión bastante fuerte. Nos tocamos como si no nos hubiéramos visto por meses.
Para la cena traté de esforzarme (Patricio ya extrañaba mi cocina) y a la hora de dormir estábamos tan cansados que nos fuimos a la cama juntos, más temprano de lo usual. Me estaba poniendo el pantalón del pijama cuando me dijo que no iba a hacer falta (agregando que tal vez la bombacha tampoco..) por lo que me metí rápidamente debajo de las sábanas.
Yo dije que lo mejor iba a ser sacarnos toda la ropa. Si hay algo que me gusta (siempre, pero sobre todo después de no vernos por un tiempo) es ese contacto físico totalmente desnudos en la cama, debajo de las colchas. Tomarnos un rato largo para abrazarnos y tocarnos. Una semana, casi, sin sexo sin duda influía intensamente en la excitación de los dos. Le dije si todo estaba en orden con nuestro prontuario. Se ve que estaba muy excitado porque me respondió que sí. Unos segundos después se rectificó: "No.. qué pront.. de qué hablás? No!! Ni siquiera lavaste los platos recién.."
Me dio unos cuantos chirlos, como acostumbra últimamente, fuertes desde el principio. Si bien estaba necesitándolo se sabe lo difícil que es de un segundo para el otro recibirlos realmente. Minutos después me puso de rodillas en la cama y presionó mis hombros hacia abajo con obvia intención de penetrarme desde atrás. Hasta ahí todo había sido bastante gentil, a pesar del precalentamiento, ahora de pronto me tomó del brazo y me obligó a asumir esta posición con cierta violencia. Me sentí fragil y debo decir que me gusta mucho experimentar esa fragilidad. Pocas cosas hacen que me sienta más femenina. Estaba desnuda, expuesta y la situación era totalmente excitante. Me tomó del brazo y me susurró en la oreja: "no se te ocurra moverte". Un minuto después aunque quería mantener la posición me resultó realmente difícil. No usó ningún instrumento, sólo la mano, porque evidentemente necesitaba el contacto tanto como yo. Y yo tenía la cola expuesta, las piernas un poco abiertas, y cada diez golpes no podía evitar irme hacia adelante con lo que me volvía a tomar del brazo para ponerme en la posición, intercalando retos. En uno de estos ajustes me penetró violentamente y su excitación era tan grande que en cuestión de pocos minutos pude sentir la intensidad de su orgasmo. Nos quedamos abrazados durante un tiempo.
Entiendo que si bien tuvo ciertas características, con respecto al contacto y el trato, que me gustaron mucho debo decir que nuestro encuentro fue dudosamente un "castigo". Tampoco creo que Patricio piense ni por un segundo que lo fue e imagino que vamos a necesitar unos días para hacer algunos reajustes en la relación de dd. Supongo que las promesas se cumplen tarde o temprano. Pero después de tantos días sin vernos (yo ya había imaginado esto) es difícil crear la situación apropiada para plantear un castigo real... es difícil hasta encontrar motivos, o los motivos son dejados para otra ocasión.
Igualmente este viaje no me calmó en absoluto y con respecto al "mood" estoy peor que nunca. Apenas Patricio acomode sus asuntos y se acostumbre a tenerme por acá nuevamente no va a ser nada extraño que de un momento para el otro termine sin pensarlo sobre sus rodillas. Ya les contaré acerca de esto en otra ocasión.