Buenos motivos

Voy a relatar la paliza que recibí hoy antes que pase demasiado tiempo ya que hace rato no recibía una así y todavía me cuesta sentarme con comodidad. Hoy (técnicamente ayer) 25 de mayo (para los que viven en otros países es feriado nacional en Argentina, día de la patria) salimos con Patricio a caminar por la Avenida Cabildo y a comprar algunas cosas. De pronto mi marido se detuvo en una vidriera y señaló una regla de metal larguísima (no recuerdo la medida pero debió tener más de medio metro).. No sé cómo la vio (no sé cómo yo no la vi antes) e hicimos algunos chistes al respecto. Yo conocía a una persona que solía usar una regla de metal, de dimensiones más reducidas que esta, y me contaba que duele (pica es la palabra: "stings") muchísimo porque es muy flexible. Finalmente no compramos la regla.. no sé si el negocio estaba cerrado o Patricio decidió no hacerlo. Lo que sí recuerdo es que yo no sólo no dije, como en mis épocas contradictorias de coleccionista de implementos: "podríamos comprarla" sino que lo tomé del brazo y seguimos caminando. Mas tarde cuando le dije que realmente no me interesaba que esa regla anduviera por ahí me dijo "you wish"... refiriéndose a lo contrario, a que sí la quiero! Pero no es verdad... La sensación de cómo puede ser el golpe de esa regla se me ocurre que es del tipo que no se siente nada bien.

Iba a hablar de las amenazas, de hecho tengo el tema pendiente y un día de estos lo retomo, pero este caso puntualmente de hoy fue totalmente inesperado y sin mucha reiteración de advertencias. Llegamos a casa y Patricio se quedó un rato en el dormitorio de pie, mirándome muy serio, hasta que me llamó con un gesto. Me dijo algo que siempre me da mucha vergüenza porque no es algo que repita seguido (a pesar de todo): que por qué me estoy portando tan mal. Es una pregunta a la cual no sé cómo contestar ya que se refiere a la semana de perros que tuve. Me dijo específicamente a qué hora me fui a dormir cada día de la semana: martes: 5:30, miércoles: 4:00, etc. Evidentemente está con el sueño liviano jaja. Pero aunque es una regla clara e indiscutible (ir a dormir a las 2am) siempre tengo al artillería preparada para ese tema de los horarios y estaba lista para defenderme cuando me dijo los siguientes dos motivos. El miércoles a la mañana debí hacer un trámite realmente importante y (obviamente debido a las trasnochadas) no lo hice porque no pude levantarme a horario. Reconozco que tuvo razón en enojarse y me sentí muy mal al respecto. El segundo motivo lo entiendo perfectamente pero al contrario del primero no me produce tanta culpa. Le estuve reclamando a Patricio demasiada atención los últimos días... muuuucha atención. Esa sensación de que no me daba lo que necesitaba hizo que me comporte más inapropiadamente que de costumbre. Tal vez le reclamé demasiado, y hasta de mala manera... porque las mujeres tenemos cierta habilidad para decir cualquier cosa menos lo que pensamos, pero cómo evitarlo?. El motivo principal de la paliza iba a ser que yo no valoraba toda la atención que él me prestaba por lo que iba a ser un "castigo ejemplar". Parte de no valorar su atención es no cumplir las reglas con respecto a cuestiones que sé que a él le molestan.

Me ordenó sacarme el pantalón y los zapatos y me tomé mi tiempo para hacerlo. Quedé sólamente con una camiseta de mangas largas y la bombacha como única protección, que no sólo no protege en absoluto sino que apenas me puso sobre las rodillas me la bajó hasta los muslos. Me dio una buena cantidad de chirlos. Todos saben lo difícil que son los primeros, uno no puede evitar moverse e intentar taparse. Un rato largo después ya entramos en ritmo. Debo reconocer que tenía sus razones para castigarme pero al mismo tiempo me preocupaba esta cuestión ejemplificadora que había mencionado. Pensé por un momento mientras las nalgas se ponían cada vez más coloradas si no me dejaría ir sin usar nada más que la mano (ilusiones que uno forja en esos momentos). Al rato me dijo "levantate" me tomó del brazo y aproveché para frotarme la cola. Se dirigió al ropero y me preocupé... ya saben, porque ya mencioné el tema otras veces, las cosas que guardamos ahí. Pensé que iba a usar una cane y realmente lo lamenté. Hace bastante que no recibía una paliza de estas características y no estaba muy segura de poder tolerarla. En una fracción de segundo sacó la tawse (que es como una strap -correa- de cuero con dos colas) que alguna vez les mostré. Como me señaló la cama rápidamente me acosté boca abajo.

-No -señaló.- Acostada no, la cola arriba.
-Noooo... -¿Ya comenté lo difícil que me resulta mantener esa posición? No me quedó otra que apoyar las rodillas y dejar las nalgas totalmente expuestas. Lo intenté lo mejor posible, pero grité bastante. En un momento Patricio se detuvo y mencionó lo inconveniente que sería que los vecinos escucharan semejantes gritos. Es fácil decirlo desde su lugar.
Este instrumento, si bien no es tan terrible como una vara, deja unas líneas rojizas bastante intensas y como consecuencia de su uso no conozco a nadie que no termine sollozando y prometiendo que se va a portar bien por lo menos el resto del año (aunque sea bastante improbable). Me abrazó y me perdonó.. por suerte a pesar de los desastres que hago nunca puse en peligro nuestro matrimonio.
Hace un rato me preguntó cómo estaba y la verdad es que aún puedo recordar bien la escena de hoy lo suficiente como para intentar irme a dormir a horario. También agregó que es lógico que me duela.. que es algo que siempre me gusta contrastar: su idea de una "buena paliza" con mis sensaciones de una buena paliza.
Ahora me voy a dormir. Este relato va así sin mucho filtro porque no quería dejarlo pasar, como el anterior, que Patricio usó un cepillo para el cabello de plástico que estaba sobre la cómoda. Totalmente inesperado para mi.. no es tan terrible como el cepillo de madera pero genera esa picazón horrible que hace que varias horas después todavía tengas cuidado al subirte el pantalón.