Debut de los chancletazos

Parecerá extraño, después de varios años practicando el spanking, que nunca hayamos usado este instrumento antes. Pero no me quiero adelantar, teníamos varios asuntos pendientes y Patricio llegó un par de horasn antes del trabajo.
Después de cambiarse la ropa, conversar, etc. se acercó a mi con muchas intenciones de ponerse al día con todas mis faltas. Yo, reaccioné muy mal. No pura resistencia pero sin duda mucha resistencia. Le dije entre otras cosas que pensaba que no era el momento así como él deja pasar muchas veces muchos momentos. Él, cada vez más aburrido con la discusión, aclaró que esa era una decisión que tenía que tomar él y que con la noche anterior (me fui a dormir tarde + dejé los platos sucios en la cocina) ya tenía suficientes motivos, sin tener en cuenta que traía toda la semana arrastrando berrinches de todo tipo. Como consecuencia hablamos un rato largo donde fui sacando cosas que no tenían nada que ver y de alguna manera la propuesta se enfrió. Él visiblemente molesto se puso a hacer alguna otra cosa y yo fingí desinterés cuando realmente tenía el espíritu como para una pelea de gatos. En un momento se fue al dormitorio y como no lo vi volver decidí seguirlo y acostarme en la cama donde me abrazó. La conversación entonces siguió adelante y rápidamente quedé boca abajo.

Patricio deslizó su mano debajo de mi pantalón, me acarició un momento y después lo tomó como para sacármelo. Yo le señalé que la ventana estaba abierta de par en par por lo que, obviamente, me mandó a cerrarla. No tenía muchas ganas de hacerlo como imaginarán. Divagué un rato acerda de si cerrar la persiana o sólo correr la cortina y ante ciertos comentarios en tono de voz más elevado decidí cerrar.. evidentemente el tema venía mal barajado e iba a ser bastante intenso. Pero ya se sabe cómo es la resistencia y cuando Patricio me llamó con un gesto me quedé de pie inmóvil. Él evidentemente cansado de ese juego se acercó a mi, me tomó del brazo y en un solo movimiento me puso sobre las rodillas. No hay manera que pueda ganarle por la fuerza. Un segundo después tenía los pantalones y la bombacha a la altura de las rodillas y una lluvia de chirlos fuertísimos caían sobre mis nalgas desnudas. Siguió castigándome sin descanso y le rogué que pare aunque sea un minuto para reponerme. Intenté taparme y me tomó el brazo. Continuó hasta que se escucharon mis sollozos. Entonces se detuvo, se inclinó hacia adelante (yo traté de mirar qué hacía pero como me sostenía muy fuerte de la cintura me resultó imposible) y provocando un estallido cayó el primer chancletazo. Bienvenida a una nueva experiencia, realmente no era lo que esperaba. Acerca de esto voy a hacer un comentario.

Durante mi vida recorrido virtual he hablado con muchos hombres y mujeres interesados en los chirlos y los azotes. La gran mayoría de los hombres spankees tienen una obsesión lógica: la zapatilla, o la chancleta, o la sandalia, u otra forma de calzado. Decía que es lógico porque el calzado es un fetiche que comparten muchos hombres, ya sean spankos o no. Además es lo que históricamente usaban las madres de antaño para poner en vereda a los hijos. Pero al margen de esto yo solía hacer un comentario tonto (de los cuales tengo para coleccionar) que era:

Nunca me castigaron con una sandalia (pongamos por caso) pero se me ocurre que realmente mucho no debe doler. Mientras tanto me imaginaba cientos de objetos que sí me constaba dolían muchísimo. ERROR.

La ojota en cuestión es, además de grande porque Patricio tomó la suya, de goma dura pero flexible. Se presta para una larga sesión de chirlos y al ser relativamente liviana se puede aplicar con mucha fuerza. Después de un rato la cola me quedó coloradísima y lo más caliente que la tuve en la vida (de ahí que está bien usado lo de "calentar el culo" de los españoles, que son expertos en el uso de la chancleta.)
Parecía que no iba a terminar nunca. En un momento de desesperación me tapé mientras gritaba: "te debe parecer que no hace nada pero duele mal!!!"... Obviamente siguió un rato largo hasta que le pareció que era suficiente y me dijo que me ponga de pie. Nunca tuve más ganas de frotarme la cola.. los que la probaron sabrán que es el instrumento que más pica. Sigo a Patricio con la vista y veo que se dirige a este punto exacto.. nooooo.. abre, saca una cane y me señala la pared. "Las manos contra la pared". Estaba a punto de llorar, le rogué que no la usara. Me tomó del brazo y me recordó varias veces qué mal me había portado. Asumí la posición sin muchas esperanzas de poder mantenerla... Fueron diez golpes, me moví bastante, los cuatro últimos fueron claramente más fuertes. Me dijo que esos diez fueron por la escenita de resistencia que hice. Touché.

Yo seguía con las manos contra la pared, a la altura de la cara.. me ordenó que las mantuviera allí mientras me quitó el resto de la ropa. (Versión del rincón) Me sentía totalmente expuesta ya que estaba completamente desnuda, y tenía ganas de frotarme las nalgas. Patricio se me acercó por la espalda y me agarró los pechos con ambas manos, desde atrás. Sentí su pelvis contra mi cola ardiendo. Me besó el cuello y me preguntó susurrándome en el oído por qué me portaba tan mal... Realmente no tenía respuesta. Siguió acariciándome por un rato, en un momento quise darme vuelta y me volvió a señalar el punto donde debía poner las manos. Disfruté mucho que me tocara así todo el cuerpo, realmente era uno de esos momentos en que sentí que le pertenecía a él más que a mi misma. En un momento me llevó hasta la cama donde tuvimos sexo intenso. (Me reservo los detalles)

Apéndice: Acerca de la ojota de Patricio:

Anoche no podía estar sentada, literalmente. Me ha pasado cientos de veces que la cola me doliera muchísimo al sentarme pero después de un rato en una posición uno se acostumbra. En este caso nunca llegás a acostumbrarte y la piacazón es tan intensa que daban ganas de estar de pie y frotarte la cola cuando ya han pasado horas... Y es un instrumento de aspecto tan inocente, pero que nunca más voy a subestimar.
Evidentemente el cepillo o la vara aplicados con esa intensidad dejan resultados peores pero ahí está el problema de la ojota. El cepillo o la vara hacen que el spanker mida su fuerza porque un golpe demasiado fuerte pude llegar a ser peligroso, en cambio un chancletazo.. lo dan con toda la fuerza. Y a largo plazo (larga paliza) llega un momento en que es terrible. Aún ahora, más de 24hs después, me molesta.. me miro en el espejo y no tengo ni una sola marca. Ni un punto de otro color. ¿Cómo puede ser? Con lo que duele. En su momento la cola me quedó coloradísima y caliente, pero el escozor dura un tiempo bastante más largo. Algunos pensarán.. qué obviedad!! Pero para mi es una novedad, así que desde ese lugar la relato. Y no tengo ninguna intención de ganarme unos chirlos en el futuro inmediato.

Apéndice: Acerca del rincón:

Sé que el rincón existe como una fantasía muy intensa en el mundo del spanking. A mucha gente le gusta el tema, a mi no tanto. Yo escribí algo de este tema en el post En el rincón (corner time). Afortunadamente Patricio generalmente no usa este recurso y en los casos que lo hizo no fue por mucho tiempo (digamos cinco minutos como máximo.. aunque cinco minutos mirando una pared puede ser una eternidad). Una de mis cualidades es la impaciencia. Odio esperar, me pone del peor mal humor (jamás llego tarde y no tolero la gente impuntual). Por otro lado es probable que la paciencia sea algo que deba entrenar.

Al mismo tiempo la idea de alguien con la cola ardiendo, expuesto en un rincón con las manos sobre la cabeza me parece muy excitante. Es que el rincón tiene que ver con la exposición de alguien que ha sido castigado. Muchos argumentan que lo que motiva esta parte del castigo es que la spankee tenga la oportunidad de "reflexionar" acerca de sus faltas para no volver a cometerlas pero en realidad la paliza para eso se basta sola. Entonces, como decía, entiendo que el rincón puede ser muy útil en determinadas escenas donde la exposición tiene un valor importante, volviendo a un clásico: en las fantasías escolares. Ahí sí, ya lo creo que estar en el rincón es algo! Varias personas más en la habitación y todas mirando fíjamente tus nalgas al rojo vivo. Me da escalofríos de solo imaginarlo.
Pero en el caso de una pareja creo que lo mejor después de unos buenos chirlos (o azotes) es un momento de intimidad. Abrazos, besos.. Hablar un poco del tema. Tener sexo, obviamente, y que tu marido te acaricie la cola.
Sé de gente que utiliza el rincón como castigo en sí mismo y me parece bien. Tiene parte del imaginario de cuando éramos chicos en el colegio ya que en aquella época era muy posible terminar en el rincón cuando cansábamos a la maestra. En mi caso de adulta no funciona porque la sumisión no me da para pararme ahí "a priori". Ni tengo tiempo para perder mirando una pared y si mi top no está de acuerdo puede explicármelo de la manera que le plazca... sólo termino en el rincón (y he terminado varias veces) cuando después de la paliza él quiere dejar bien claro quién manda y yo entiendo que ya no puedo recibir más chirlos. Es una buena manera de mostrar un cambio de actitud.