Antes que termine enero

Quiero escribir algo antes que termine el mes. Así, digamos, puedo tener un promedio para el año 2006 de al menos de 12/12. :))
Volvimos de las vacaciones, estuvimos un tiempo ocupados.. Nos quedan al menos un par de días más.
En estas semanas que pasaron estuvimos alejados del todo lo que tuviera que ver con el spanking on-line (ya sea chat, blog, lectura y escritura sobre el tema). Eso no quiere decir que no hayamos tenidos situaciones reales. Sin embargo a fin de año me dieron esas ganas de patear el blog y a otra cosa. Fue una reacción natural de fin de año con el blog o con cualquier otra actividad que requiriera cierta reflexión y, lo que es peor, cierta cooperación con la fantasía de otra gente.
Pero ya estoy volviendo con gran interés..

Entonces me detuve a pensar cuánto complicamos los argentinos (no sé si podría incluir el resto de los países de habla hispana) un tema que los americanos hacen tan simple. (Me incluyo). Mi idea era poner en este blog cuestiones más de cierto nivel superficial del tipo que si vivimos una relación de disciplina doméstica que sea simplemente eso y no una reflexión acerca de determinados valores relacionados con el lugar de los sexos, la igualdad, etc. Porque no buscamos igualdad aún cuando no practicamos la disciplina doméstica de modo activo. Esto tiene que ver con cierto ejercicio de la libertad... libertad de elegir la práctica sexual que a uno le guste, lo otro tiene que ver con determinada estructura social de roles que realmente no tiene nada que ver con el tema.
En fin, para evitar volver sobre algún tema demasiado escabroso vamos a hablar de spanking. Tengo esta pregunta en el post anterior y la transcribo acá.

Anonymous said...
me encantaria que mi novio me pusiera la cola bien roja con azotes, por mas que lo provoco portandome mal con él, no hace nada, un día le dije que lo hiciera fue demasiado exitante , pero no lo ha vuelto a repetir, parece que no le gusta hacerlo y a mi me da verguenza pedirselo, me encanta cuendo me reta como si fuera una niña, pero no pasa de ahí por mas que le insinuo que me de algunas nalgadas ¿qué se les ocurre que puedo hacer para que podamos jugar mas?

Tengo una respuesta muy larga para esta pregunta (pero no creo que sea una solución). En principio Anonymous te entiendo perfectamente porque yo sentí exactamente eso en algún otro momento y se sabe que la situación es desesperante. Más necesitás que te den una paliza, más intentás provocar la situación de maneras inapropiadas (cuando no hay respuesta), menos lo conseguís, más frustrada te sentís. Al final uno necesita una paliza mucho peor que al principio y encima no la puede pedir abiertamente (lo cual es válido) y si tuviera que pedirla ese simple hecho puede ponerlo de tan mal carácter que al final del tira y afloje el primer motivo queda reducido a nada.
Por eso provocar es un juego tan riesgoso... porque si uno no va a terminar cobrando como debe ser, entonces puede que otras cosas se comprometan.

Sin embargo es así como funciona el juego y así es como nos gusta jugarlo. No queremos andar diciendo a cada rato, ¿sabés qué? Cuando yo digo tal cosa quiero tal otra. O si me porto mal es porque necesito tal cosa. No. Uno quiere que las cosas tomen un orden natural y cuando uno se porta mal que ese mal comportamiento tenga consecuencias... En parte esto significa tener la atención del otro. Para eso uno tiene que querer que el otro le preste atención y después está adónde queríamos llegar: el otro tiene que querer prestarla. Y viceversa.
Es importante en este tema entender que el consenso no significa que la persona que es azotada esté de acuerdo con el castigo, sino que ambas lo estén. Es posible que a tu novio le interese el tema, después de todo ya lo hizo una vez. En segundo lugar es entendible que tengas vergüenza de hablarlo.. a mi me cuesta mucho y en general mis frases son unas series de rodeos que no dicen nada. Con el único que hablo abiertamente del tema es con Patricio y aún con él en algún momento me dio muchísima vergüenza mencionarlo (y no nos conocimos en un convento).
Hay que hablar... no hay otra manera. Así tu novio va a saber no sólo cuál es tu fantasía en abstracto: que te dejen la cola roja con azotes, sino en concreto: por qué cosas te debe retar, por qué cosas no te debe retar, cómo te gusta que te castiguen, cuánto poder le cedés para que decida cómo comenzar y cuándo terminar. Todo esto le quita magia al asunto, ya lo sé... Pero hay que hacerlo.

Patricio y yo vivimos en una relación de dd. En general tenemos asuntos consensuados que son motivos de palizas.. en general... en particular yo sé que hay actitudes mías (sobre todo últimamente) que son malísimas y que probablemente merecerían una que otra sacudida. Y en la gran mayoría de los casos él las deja pasar porque tampoco se supone que en una relación de adultos el que tiene el rol de top debe ser un tirano y el otro no pueda ni expresar una opinión subida de tono sin ser castigado por eso. Además porque es una práctica que se articula como necesidad para los dos (o al menos como necesidad para uno y placer para el otro, o por último como placer para los dos). Nunca de manera automática.
Mi consejo entonces es que lo hables todo. Que le digas que te gusta que te azoten, y que te rete como si fueras una niña.. En mi caso también me gusta que me reten aunque me siento expuesta y me río cuando Patricio lo hace... me río de tonta, no porque no esté de acuerdo con él (aunque muchísimas veces no estoy de acuerdo). Y hablo de situaciones reales, no de estar jugando en medio de una escena.
Para terminar creo que básicamente las palizas estas entre adultos solucionan una sola cosa (importante en todas las relaciones) y es la mala actitud. Las personas no cambian nunca porque les den unos chirlos y los vicios que tienen los van a seguir teniendo. Pero alguien que en general es dulce y amable pero (merced al stress, o a la razón que sea) de pronto levanta la voz entre el insulto o la ironía insoportable (dependiendo del estilo) entonces sí, es evidente lo que necesita. Aún los que suponen que esto es puro placer, cambian eventualmente alguna actitud negativa o molesta... porque es parte del juego aprender la lección y como consecuencia de la paliza nadie sigue provocando cuando ya tiene dificultades para sentarse pero sobre todo porque necesariamente cambia el humor. Todos los que lo experimentaron saben de qué estoy hablando.
En fin, espero que te sirva. Hablalo con él, decile qué es lo que te gustaría y cuánto significa para vos. Después dale alguna información sobre el tema... Y si pasa que no le interesa entonces tenés dos opciones: dejarlo y conseguirte otro que sí le interese... no dejarlo pero también conseguirte alguien que de cuando en cuando te deje la cola roja. Yo naturalmente me inclino por la primera.