Me gustan muchísimas cosas.. acá va una lista de "algunas" de ellas:
Qué se ría de algunas cosas que a mi me parecen el fin del mundo (y no lo son).
El modo como toma mi brazo para salir, naturalmente, pero que yo siento como un vínculo sexual (de dominación) entre nosotros.. como si fuera -en el momento menos esperado- a ponerme sobre las rodillas.
La manera concreta y sin vueltas que tiene de ponerme sobre las rodillas.
Que nunca pierde esa actitud razonadora y siempre pueda analizar todo lo que pasa.
Que me acepte tal cual soy, y yo le guste así.
Que siga intentado corregirme aunque yo piense que es un imposible.
Que me haya dado la posibilidad de creer en mí misma.
Que entienda mi fantasía y la haga realidad todos los días.
Que yo sea la realidad de la fantasía de él.
Las cosas que me dice cuando me abraza y me habla al oído.
La manera (diría ¿masculina?) de caminar, de mirar, de hablar, de sonreír.
Que use cinturón de cuero (y no esos hechos con telares y esas cosas) y que no necesariamente quiera sacárselo para usarlo en otros menesteres.
Que cuando tenga que sacárselo no dude un segundo.
Este post es acerca de las posiciones, no sólo una descripción general sino una impresión personal de las mismas. No agota todas las posibilidades porque se sabe que hay tantas posiciones como la imaginación puede inventar. No obstante casi todas las posiciones clásicas están en esta descripción y nosotros las hemos probado todas menos una y ya les contaré algunas circunstancias. Las posiciones ofrecen muchas ventajas a la hora de ejecutar una paliza, sobre todo para el spanker. En primer lugar porque el posicionamiento refiere al "ritual" del spanking que forma parte fundamental de la fantasía y de la escena en general ya que cuando uno piensa en el imaginario no se imagina sólo las nalgas (aunque tal vez alguno lo haga) sino la posición, el instrumento, y muchas veces todo lo demás (motivos, amenazas, etc.) La segunda ventaja de las posiciones está relacionada con la seguridad. No importa cuánto nos guste rebelarnos y forecejear la única forma de llevar a cabo un castigo d
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Besos.
María