Es una situación horrible en que a partir de una amenaza de un castigo (que en cualquier momento puede ser llevado a cabo) uno trata permanentemente de portarse bien para alargar la espera lo más posible. En general si bien se logra dilatar un poco las cosas el hecho va a suceder de cualquier manera. (Y el futuro castigo ocupa la mente casi todo el tiempo) Otra cosa es que en general uno falla en el intento de portarse tan excesivamente bien y lo único que logra es agregar más causas, tonterías que en otro momento más distendido pasarían inadvertidas. Lo peor de todo es esperar. Y yo odio esperar más que nada en el mundo. Ok dejemos el tema por un rato.. hoy algo me pareció gracioso y tenía ganas de compartirlo. Patricio me acaba de contar (antes de irse a dormir) que cuando venía para casa pasó por la feria para ver los sacudidores de alfombras (felices ideas que se me ocurren escribir) y entonces le preguntó a la vendedora sobre el artículo en cuestión (inocentemente) "-¿Es para...